lunes, 30 de marzo de 2015

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Se puso de rodillas sobre el suelo de su habitación y se miró en el espejo, ahí estaba todo su ser, poco importaba ya la edad o el peso, si le quedaba algún resto de maquillaje o si estaba despeinada. Era un reflejo de su yo pasado y de su yo presente, del yo real y del ideal, era lo que se supone que a estas alturas de la vida debía ser. 

Una ex fumadora, ex culpable, ex víctima, ex verduga, ex inocente, ex vulnerable, ex megalónama.
Una reincidente en tierras hostiles y en cientos de vicios inconfesables.

Aún así, casi llora de rabia, nostálgica de todo lo que pudo ser, del tiempo que desperdició por su memoria cariñosa, por su saliva que se tornó amarga sin darse tan siquiera cuenta, por su boca que de estar tanto tiempo callada se había olvidado de hablar.

Levantó la mirada y la dirigió una vez más hacia el espejo, se había adentrado sin quererlo en un nuevo vicio, en el vicio de quererse. Es entonces cuando se dio cuenta de que ardía por dentro y que en ese suelo, ya solo quedaba frío.

martes, 3 de marzo de 2015

La normalidad es una ilusión.

Se desabrochó la camisa, bajó la intensidad de la luz y se dejó caer en el sofá. Encendió el que sería el último cigarrillo del día, lo observó y se lo colocó entre los labios. Inhaló llenando su cuerpo de humo, exhaló dejándose llevar.

Desató los cordones de sus zapatos y sin ningún cuidado lanzó cada uno al lado opuesto, creando orden en su propio desorden. Se quitó el pantalón quedando atrapada en la vorágine de su ser.

Ella, el origen del caos y de todos los males, la caja de pandora hecha mujer, una anarquía en sí misma, caerá mil veces en él, pero siempre estará segura de haber escapado, aunque sea por última vez.



"La normalidad es una ilusión, lo que es normal para una araña es el caos para una mosca. Morticia Adams"