domingo, 26 de julio de 2015

Último domingo de Julio.

Estamos malditos y ¡Maldita sea! Estamos condenados a no saber corresponder en la medida  ni en la forma adecuada. Estoy segura de que se trata de algún tipo de mal de ojo o quizá una predisposición genética hacia la duda como estado predilecto.

Queremos que nos quieran, pero a la vez queremos que paren de hacerlo. Parece ineludible el evitar una colisión a estas alturas de la vida en la que en algún momento desaprendimos a mirarnos, a como tocarnos, desaprendimos el esfuerzo de entendernos.
Solo sabemos que;
Queremos.
Queremos querer.
Queremos que nos quieran como nosotros queremos.
Y al final. Queremos derrocarnos.

Es el egoísmo del verbo querer (del no saber querer), que al final nos enturbia la vista y terminamos escogiendo el prisma inadecuado por el cual observar. Empezar a dudar. Dar paso a la soberanía del individualismo y del yo ante todo.

Aún así, dentro de lo complicadas que hacemos las cosas me gusta pensar que en el fondo 6 de cada 10 parejas que no se soportan acabarán haciendo el amor esta noche. Porque el único egoísmo que considero admisible de aplicar, es aquel que hace que yo esté bien para que tú estés mejor.




sábado, 4 de julio de 2015

Un verbo instransitivo.

Llevaban un tiempo viviendo en la angustia temporal del miedo a lo común, a lo exageradamente normal. Por ello cada noche se enredaban en unas sabanas diferentes, intentando convencerse a sí mismas de que esta vez no sería como las demás. Amores vacíos que regalan los oídos y envuelven el cuerpo.

Al día siguiente quedaban para desayunar y decidían helarse con la indiferencia. Hacía demasiado calor como para mantener una actitud volcánica. No eran de anudarse al primer sujeto de rasgos intensos. Disfrutaban de la libertad del (des)amor, infartaban a los demás y se infartaban así mismas.

Podría decirse que semanalmente engrosaban la lista de cualidades que las definían, su vida era un constante hallazgo y revoltijo de emociones. El verbo disfrutar nunca se había consumido tanto. Disfrutaban de buena salud. Disfrutaban de sus excesos y vicios. Disfrutaban de su mera compañía. Sin duda eran un verbo instransitivo.

Un verbo instransitivo que no necesita de un complemento directo para hacer o deshacer las tramas de la vida. Eran mujeres, mujeres completas que descubrieron en el arte de conocerse, el don para la felicidad.