sábado, 4 de julio de 2015

Un verbo instransitivo.

Llevaban un tiempo viviendo en la angustia temporal del miedo a lo común, a lo exageradamente normal. Por ello cada noche se enredaban en unas sabanas diferentes, intentando convencerse a sí mismas de que esta vez no sería como las demás. Amores vacíos que regalan los oídos y envuelven el cuerpo.

Al día siguiente quedaban para desayunar y decidían helarse con la indiferencia. Hacía demasiado calor como para mantener una actitud volcánica. No eran de anudarse al primer sujeto de rasgos intensos. Disfrutaban de la libertad del (des)amor, infartaban a los demás y se infartaban así mismas.

Podría decirse que semanalmente engrosaban la lista de cualidades que las definían, su vida era un constante hallazgo y revoltijo de emociones. El verbo disfrutar nunca se había consumido tanto. Disfrutaban de buena salud. Disfrutaban de sus excesos y vicios. Disfrutaban de su mera compañía. Sin duda eran un verbo instransitivo.

Un verbo instransitivo que no necesita de un complemento directo para hacer o deshacer las tramas de la vida. Eran mujeres, mujeres completas que descubrieron en el arte de conocerse, el don para la felicidad.




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