
- Beberemos margaritas frente al mar.
Contundente, lleno de seriedad, aquí no estamos para tonterías y tienes ese aire místico ¡Ay ese aire! Que me podría llegar a torturar.
Por fin volvió a respirar, pareciese que el aire frío de invierno hubiera cesado por unos minutos ¡Había llegado la primavera y con ella había comenzado una revolución!
Se abrieron puertas y se cerraron ventanas. Se comieron todas sus manías entre bocanadas de humo que vienen y van. Crecieron haciendo a su paso todo suyo. La perfección y lo políticamente correcto se evaporaron y lo mejor que sabían hacer era viajar al futuro y regresar, bailar de forma desenfrenada y gestionar el tráfico de su propia oxitocina.
Si me paro a pensar podré afirmar que para ser una mirada maliciosa nada estaba bien, pero he de decir que tampoco nada estaba mal.
Eran dos caníbales luchando por no depredar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario