domingo, 11 de mayo de 2014

¡Feliz día de la marmota!

- Todos hablamos por hablar. Sentencia mientras pide otra ronda de cervezas.

Al final opinamos al libre albedrío. ¿Por qué? Porque sí, nos apetece hacerlo y punto. Si no lo hacemos nosotros lo harán los demás y esto parece el día de la marmota, un bucle constante de repetición de sucesos y por lo tanto de conversaciones que en cierta medida puede estar bien, pero con el paso del tiempo se entumecen los sentidos y terminas por asentir y disentir con simples movimientos de cabeza.

Pues ahí lo tienes, mismo grupo de gente, mismo bar, y como no, en la mesa habitual. Cada uno de enero se prometen dejar de fumar, hacer deporte, viajar más. Cada viernes se prometen bailar, beber y engrosar la agenda del móvil, aunque el sábado la resaca les haga prometerse lo contrario. Cada verano, el apartamento a pie de playa y el moreno que se irá con las primeras duchas de septiembre. Y con septiembre más promesas, más cambios que no llegan.

Mismo grupo de siempre, mismo bar de siempre, la mesa habitual, celebrando la llegada del año de la marmota, pues los días ya son meses. 

Espera, ¿qué es eso? Alguien acaba de entrar. Paso firme, cerveza en mano, garantía de aventuras. Se abalanzan sobre la novedad, ávidos de sangre nueva. Pronto la presa formará parte de la mesa.



PD: Cuando escribes entre dos, salen cosas así. Gracias mi Lau

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