domingo, 25 de mayo de 2014

Soledad

Ambas se llamaban igual, llegado un punto ya no se podía distinguir quien sustentaba a quien. Soledad no era fácil, era una característica inherente a su ser, era suya e impenetrable, incompresible para los que la veían de lejos, desconocida para los cercanos. A veces reconfortante y estimulante, otras desalentadora y cruel. Pero sin lugar a duda, le debía todo lo que era, su sabiduría, su forma de mirar, de pensar, de sentir, incluso de sonreír...

Quizá por eso, admiraba a gente tan solitaria como ella: Greta Garbo, Emily Dickinson, J.D Salinger... El halo de misterio que a su alrededor poseen los solitarios despierta el interés ajeno, entonces piensa y se pregunta a si misma, si el mismo interés que provocan en ella, ella lo provocará a los demás. Se evade en sus pensamientos y empieza a filosofar sobre su compañera.

Soledad es el consuelo de los artistas y el castigo de los narcisistas. Puede ser efímera o duradera, pero si algo es cierto, es que es totalmente imprevisible. Viene sin avisar, se instala y se pone cómoda sin tan siquiera pedir permiso. Algunos la tacharían de atrevida o inoportuna, pero es así, no lo puede evitar, su paso causa de todo menos indiferencia, porque todo el mundo sabe que:


Después de la alegría
Después de la plenitud
Después del amor
Viene la soledad

PD: Hoy tocaba intensito 

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