
Media botella de chardonnay, regalo de una de sus muchas conquistas se diluía en su sangre y le obligaba a caminar a paso lento hasta la cocina, entre aturdida y eufórica decidió cocinar el plato más exquisito que nadie jamás podría degustar. El corazón le palpitaba de excitación, sus pensamientos se aceleraban sin ningún tipo de freno, se desnudó con la ventana abierta, sin ningún tipo de pudor, quería ser admirada, estaba en plena fase maníaca. Dio el último sorbo a su maravilloso chardonnay y estrelló la copa contra la pared.
Encendió un fogón y colocó torpemente la plancha sobre él, se agachó y cogió uno de los muchos cristales que se amontonaban en un suelo resbaladizo y pegajoso. No titubeó a la hora de cortar sus aterciopelados labios hasta que se separaron de su piel, nadie más volvería a probarlos, no permitiría que otra persona disfrutase de ellos, el placer de degustarlos por última vez se lo daría a sí misma.
Jefaza!!! Tu si que eres la chica más guapa de la ciudad! Oleee
ResponderEliminarV.
¡Me alegro mucho, mucho de que te guste!
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